La fisonomía urbana de Torrejón de Ardoz antes del siglo XIX es complicada de conocer por la inexistencia de planos, pero lo que sí sabemos es que algunas de sus calles más famosas tienen mucha historia detrás.
Gracias a los datos del libro ‘Torrejón de Ardoz: una historia viva’ que recoge el Libro de Matrícula de la parroquia, que abarca el periodo comprendido entre 1794 y 1822 y de los catastros de 1849 y 1865, donde se mencionan las calles, sus números, las casas y el nombre de los habitantes que vivían en ellas.
Calle de la Cáncana: Su nombre hace referencia al banquillo en el que el maestro sentaba a los alumnos como castigo, ya que se veían expuestos a la vergüenza pública.
Calle Cerrada: Esta calle cerraba el pueblo por el oeste y limitaba con la Casa Grande. Su nombre actual es Ronda de Poniente.
Calle del Cristo: aparece en todos los años que se hizo matrícula en la parroquia, lo que refleja su importancia. Cabe destacar que los documentos históricos hablan del Cristo de la Esperanza como referencia.
Calle del Cura: parte de la Plaza Mayor, justo en la iglesia parroquial. Su nombre nace porque el cura del pueblo vivía en una de las primeras casas. Su nombre actual, de los Curas, se debe al asesinato de los curas Torres y Martín en la Guerra Civil.
Calle de Enmedio: La calle de Enmedio debe su nombre a la posición que ocupa dentro del casco urbano antiguo de la población. Cruza de sur a norte dicho casco, siendo uno de los dos ejes principales. Actualmente es una de las más conocidas por su actividad comercial.
Calle Fraguas: una de las calles más pequeñas de la villa. Actualmente mantiene dicho nombre. Cabe destacar que, en esa época, en la fragua se reparaban las rejas de los arados, se hacían herraduras para los animales, se confeccionaban trabajos de forja para cubrir los huecos de las ventanas y puertas, etc.
Calle Cobachuelas: “Esta calle sólo es citada en el año 1800. La ocupaban 20 personas y no sabemos por qué desapareció del callejero, ni dónde se ubicaba. ¿Debemos interpretar que su nombre significa que en tal paraje hubiera alguna cueva? Ahí queda la duda. Desde 1806 a 1808 esta calle viene asociada a la calle del Cura, desapareciendo después de los Libros de Matrícula”, señalan los autores del libro.
Calle de Los Álamos: A esta calle le pasa lo mismo que a la anterior. En el año 1800 vivían 66 personas.
Calle del Cementerio: el significado del nombre era porque era el camino obligado para llegar al cementerio desde la Iglesia Parroquial, que fue inaugurado el 24 de junio de 1788. Desde entonces, el pueblo abandonó una de las prácticas más combatidas en el siglo XVIII: el enterramiento en las iglesias.
Además, un dato curioso es que Torrejón de Ardoz fue de los primeros pueblos de España que comenzó a enterrar a sus difuntos en lugar alejado del casco urbano. En la actualidad, con el crecimiento urbanístico, se ha quedado en el centro de la ciudad y se conserva como una reliquia a la que únicamente se acude para rememorar a los antepasados.
Calle Hospital: El nombre de esta calle responde a que por ella se llegaba a uno de los hospitales que se encontraban en la villa. La fundación del hospital data del siglo XVI, concretamente del año 1519, en que se inició la cofradía y cabildo del Señor San Sebastián, denominación con que se conocía al propio centro. Estaba escasamente dotado, y a él acudían los peregrinos, caminantes y enfermos en busca de reposo nocturno y poco más.
Calle Jabonería: En dicha calle debía existir un taller donde se fabricaba y expendía el jabón, al que acudían los torrejoneros para aprovisionarse de este elemento, procedente del sebo y la grasa de los animales, indispensable en la vida humana. En el año 1807 se denomina “Jabonería” o “Cantarranas”.
Calle de los Gitanos: A pesar de su nombre, los historiadores no creen que el nombre se deba a que en dicha calle solo habitasen gitanos y sí que se deba a que en alguna época esa etnia se asentara esporádicamente en ella. Actualmente se denomina calle de las Calderas (en referencia a las calderas que aparecen en el escudo del municipio). Durante los años 1818 y 1819 sus habitantes vienen asociados a los de la calle Real.
Calle Real: Esta calle corresponde al espacio que ocupaba lo que tradicionalmente se ha denominado “Camino Real” y que era el paso obligado de Madrid a Alcalá de Henares. Hoy se conoce como “Avenida de la Constitución”. El número de habitantes en ella ha sido siempre considerable, comenzando a citarse en 1795.
Calle que sale a Ajalvir: Su mismo nombre indica que esta calle era una de las que
cerraban el casco urbano y por las que se accedía a esta población, cuyo término
es limítrofe con el de Torrejón de Ardoz
Calle que sale a Alcalá: lo mismo que en la anterior pero en dirección Alcalá de Henares. Tan sólo es citada en 4 años y no conocemos ni la razón de su desaparición del Libro de Matrícula, ni la posible adjudicación de sus vecinos a otra calle
Calle de la Cruz: Su aparición en el Libro de Matrícula es tardía, concretamente en el año 1806, y con 16 personas, para elevarse, sorprendentemente a 119 en el año siguiente y mantener alta su habitabilidad hasta 1822 –en torno a los 100 habitantes cada año–. Aunque se incorpora tarde al callejero de la Villa, sin embargo, se mantiene con personalidad propia.
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