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Semana Santa en Medina de Rioseco: la fuerza de una tradición

«Era la misma procesión de antaño. El anciano cree ver la que vio de niño, y el niño, aun sin darse de ello cuenta, espera ver la misma cuando llegue a anciano, si llega… Y no ha pasado más; ni monarquía, ni dictadura, ni revuelta, ni república. Pasan los pasos. Y los llevan los mozos»

Miguel de Unamuno

Desfile de gremios del Viernes Santo en Medina de Rioseco / Fernando Fradejas

Viajar a Valladolid puede ser una buena ocasión para que los vecinos de Torrejón de Ardoz puedan visitar la vieja ciudad de Medina de Rioseco en el corazón del viejo reino de Castilla. Localidad que fue cuna de los Almirantes de Castilla, a la que el rey Felipe IV otorgó el título de ciudad, que albergó ferias y mercados donde mercaderes, cambistas y banqueros de toda Europa se dedicaban a la compra-venta de encajes, textiles, tapices, brocados, platería, joyería, muebles, aceites, pescados y ganado en un ir y venir del dinero, la banca y los tratos. Un lugar donde la devoción levantó iglesias como catedrales en medio de calles con soportales y hasta donde llegaron las aguas de ese río artificial llamado Canal de Castilla que hoy recorre para el turismo el barco Antonio de Ulloa.

Sin duda alguna, si hay una época en la que esta bella localidad brilla con luz propia es durante la celebración de la Semana Santa. Declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional y Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial, es una de las que más y mejor conservan el espíritu tradicional de la celebración de la Pasión de Cristo, y sin duda es la que mejor expresa la manera castellana de sentirla.

Salida del paso de la Crucifixión del Viernes Santo / Fernando Fradejas

Centenarias cofradías que mantienen desde el siglo XVI una profunda devoción a los pasos procesionales que cada año portan a hombros por las calles riosecanas. Esculturas de madera que a golpe de gubia tallaron grandes maestros de la imaginería castellana como Pedro de Bolduque, Mateo Enríquez, Francisco Díaz de Tudanca o Tomás de Sierra.

Describir las procesiones riosecanas es relatar la emoción de cientos de momentos e instantes que quedan grabadas en la retina del espectador que uno de esos días se acerque hasta la vieja Ciudad de los Almirantes. La lentitud de los pasos saliendo de las puertas de las iglesias, el padre que se emociona al ver a su hijo esforzarse bajo el tablero, la débil llama de los faroles que en hilera alumbran las imágenes de la Pasión, el baile de los pasos en la calle mayor, la sombra de un Nazareno reflejada en la colosal portada de la iglesia de Santa Cruz, la rodillada de los pasos frente a la Virgen de la Cruz en la antigua puerta gótica de la muralla conocida como Arco Ajújar.

La salida el Domingo de Ramos del paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén, conocido popularmente como la Borriquilla, dará paso el Martes Santo a la procesión de la Clemencia y el Miércoles al Vía Crucis con el Cristo del Amparo. En la procesión del Jueves Santo participan los pasos La Oración del Huerto, La Flagelación, Jesús Atado a la Columna, Ecce-Homo, Jesús Nazareno de Santiago, La Santa Verónica, Jesús Nazareno de Santa Cruz, La Desnudez, Santo Cristo de la Pasión y La Dolorosa.

Paso de Jesús Nazareno de Santa Cruz del Jueves Santo / Fernando Fradejas

Mención aparte merece el Viernes Santo con uno de los momentos más importante de la Semana Santa riosecana con la salida de los llamados pasos grandes. Dos colosales grupos escultóricos que representan los momentos de la Pasión de la Crucifixión y de El Descendimiento, popularmente conocidos como ‘El Longinos’ y de ‘La Escalera’, y que a duras penas y con el esfuerzo y la pericia de los cofrades logran traspasar el dintel de la puerta de la capilla en la que cada año miles de personas esperan este instante mágico.

Salida del Cristo de la Paz del Viernes Santo / Fernando Fradejas

Además, ese día procesionan El Cristo de la Paz, el Cristo de los Afligidos, La Piedad, El Santo Sepulcro y la Soledad. Estas procesiones se corresponden en su origen con las que tuvieron las cofradías históricas del siglo XVI de la Vera Cruz, La Pasión y la Quinta Angustia, que en el siglo XIX por un proceso de transformaciones derivaron en las 17 cofradías actuales, algunas relacionadas en su evolución con hermandades gremiales.

La Semana Santa riosecana llegará a su fin el Viernes Santo con la procesión del Encuentro con los pasos de Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría. Unos días en los que las tradiciones más enraizadas se unen a una profunda devoción. Una visita en la que tampoco podrá faltar el poder degustar sabrosas viandas como el asado de lechazo o los pichones. Sin olvidar la deliciosa repostería, como emblema de una tierra que una y otra vez invita a volver, porque siempre se vuelve a aquellos lugares que te tocan el corazón.

Procesiones de Semana Santa en Medina de Rioseco

Viernes de Dolores, 31 de marzo. 20:30 horas

Rosario de Dolores y traslado de la Virgen de la Cruz desde la iglesia de Santa Cruz al arco Ajújar.

Domingo de Ramos, 2 de abril. 12:00 horas

Desde la iglesia de Santiago

Procesión de las Palmas

Martes Santo, 4 de abril. 22:00 horas

Desde la iglesia de Santiago

Procesión de la Clemencia

Miércoles Santo, 5 de abril. 20:00 horas

Desde la iglesia de Santa María

Vía Crucis y procesión del Encuentro de Jesús Camino del Calvario y de su Madre

Jueves Santo, 6 de abril. 20:00 horas

Desde la iglesia de Santiago

Procesión del Mandato y la Pasión

Desde las 17.30 horas desfiles de gremios por las principales calles

Viernes Santo, 7 de abril. 20:00 horas

Desde la iglesia de Santa María

Tradicional salida de los Pasos Grandes desde su capilla

Procesión de la Soledad

Desde las 17.30 horas desfiles de gremios por las principales calles

Domingo de Resurrección, 9 de abril. 12:00 horas

Desde la iglesia de Santa María

Procesión de Cristo Resucitado y Santo Encuentro

Las procesiones que no te puedes perder:

Domingo de Ramos

  • Los niños junto a La Borriquilla en el discurrir de la procesión.

Martes Santo

  • El discurrir de la procesión por la calle Mayor.
  • La entrada del Cristo de la Clemencia en la iglesia de Santa María.

Miércoles Santo

  • El discurrir por las estrechas calles riosecanas de un Cristo sin andas portado a hombros por tres cofrades.
  • El momento del encuentro del Cristo del Amparo con el paso de la Dolorosa frente a la iglesia de Santiago.

Jueves y Viernes Santo

  • El desfile de los gremios que van a portar los pasos antes de las procesiones.
  • La salida y entrada de los pasos de las iglesias de Santiago y de Santa María, siendo de gran espectacularidad y emoción la salida de los pasos grandes de su capilla en el Corro de Santa María el Viernes Santo.
  • El paso de las procesiones por la calle Mayor, momento en el que se realizan los tradicionales bailes.
  • La tradicional rodillada de los pasos el Jueves y el Viernes Santo ante la imagen de la Virgen de la Cruz en el arco Ajújar, antigua puerta del siglo XIII de la muralla.
  • El canto de la Salve como final de estas dos grandes procesiones ante la Virgen de la Dolorosa (Jueves Santo) y la Virgen de la Soledad (Viernes Santo).

Domingo de Resurrección

  • El momento del encuentro del paso del Jesús Resucitado con el de su madre la Virgen de la Alegría en el atrio de la iglesia de Santa Cruz.

*Texto escrito por Miguel García Marbán, Director del Museo de San Francisco de Medina de Rioseco

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