Los países de cultura cristiana difieren en la forma de conmemorar los pasajes de la vida de Jesús. Unos ponen el acento en su muerte y otros en su resurrección. En España prevalece la celebración de la Semana Santa (pasión y muerte) sobre la Pascua de Resurrección, con tanta raigambre que el Jueves y Viernes Santo (o Viernes Santo y Lunes de Pascua) tienen carácter de fiesta civil unidos a un fin de semana para conformar un periodo vacacional de una semana, o casi.
En el siglo VI se decidió que la Resurrección de Jesús se celebrara el domingo siguiente a la primera luna llena después del equinoccio de primavera.
Por qué la semana santa cambia de fecha
Como ese equinoccio tiene lugar entre los días 19 y 21 de marzo, cada período lunar dura veintinueve días y además hay que evitar que la Pascua cristiana se celebre el mismo día que la Pascua judía, el domingo posterior al primer plenilunio tras la entrada de la primavera queda situado entre el 22 de marzo y 18 de abril, fechas más temprana y más tardía para la fiesta del Domingo de Resurrección.
Así pues, el Domingo de Pascua acontece en un paréntesis de 35 días, entre el 22 de marzo y el 25 de abril, ambos inclusive. El cálculo de la Pascua por fórmulas no es demasiado difícil, mediante el algoritmo de Butcher o con el ideado por el insigne matemático Karl F. Gauss (1777-1855), pero su descripción sería aburrida.
Las fechas de Pascua se repiten en idéntica sucesión en un periodo de 5.700.000 años y en ese intervalo de tiempo la fecha más frecuente es el 19 de abril, si bien la mayoría de las veces, la Semana Santa cae durante la primera o segunda semana de Abril.