¿El calor favorece la aparición de varices? ¿Los cambios de temperatura pueden promoverlas? ¿Por qué el frío alivia las molestias que causan? ¿Cómo debemos proteger nuestras piernas de las temperaturas extremas? El Dr. David Fernández Caballero, jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario de Torrejón, despeja estas y otras dudas sobre el impacto del frío y del calor en nuestra circulación y en el riesgo de desarrollar varices.
¿Cómo afectan los cambios de temperatura a la aparición de las varices? “Las fuentes de calor directas favorecen la dilatación de las venas, lo que puede terminar condicionando la incompetencia valvular y el adelgazamiento de su pared”, apunta el especialista.
Y añade: “Favoreciendo así la formación de varices. Las antiguas estufas y braseros que se colocaban debajo de las tradicionales mesas camilla. Calentaban las piernas en los días de frío pero terminaban por generar varices por el calor que dañaba a las venas”.
Recomendaciones ante cambios de temperatura
Épocas en las que hace más calor, como el verano, también puede favorecer o empeorar las varices. Por ello, el Dr. Fernández Caballero nos da las siguientes recomendaciones para mantener una buena salud de las piernas en esa época estival:
- Evitar la exposición prolongada al sol.
- Hidratar abundantemente la piel.
- Descansar en ambientes frescos y con los miembros inferiores elevados.
- Tomar algún fármaco venotónico.
- Realizar ejercicio físico.
- Caminar por la playa, refrescando las piernas en agua fresca, puede ser una buena opción para mejorar la circulación de las piernas.
“Caminar es muy positivo porque el movimiento y la presión que ejercemos sobre la almohadilla plantar tiene un efecto beneficioso sobre la circulación de retorno, impulsando la columna de sangre hacia arriba”.
El frío, por su parte, “tiene un efecto vasoconstrictor y tonificante que impide que se dilaten las venas. Evitando el edema (hinchazón) de origen venoso”. No obstante, también es importante tomar medidas protectoras ante las bajas temperaturas.
“Debemos proteger nuestra piel y las piernas de las temperaturas extremas utilizando protección térmica y aislamiento del frío. El frío polar puede condicionar la aparición de quemaduras o congelación de los dedos de los pies por una vasoconstricción por frío prolongada”, señala el doctor.
En cuanto a los cambios bruscos de temperatura, no provocan la aparición de varices ni se asocian a problemas vasculares graves. No obstante, los cambios súbitos de temperatura pueden ocasionar “la aparición de ‘livedo reticularis’, es decir, cambios de coloración que hacen que la piel adquiera un aspecto marmóreo como consecuencia de la afectación de los pequeños capilares”.