El Gobierno Municipal del PP en el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz ha aprobado la Ordenanza de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en cumplimiento de la Ley 7/2021 que obligaba a todos los municipios de más de 50.000 habitantes a elaborar y poner en funcionamiento antes de 2023 dicha ordenanza.
Las ZBE tienen por finalidad delimitar una zona del municipio en la que se aplican restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos para mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del cambio climático, conforme a la clasificación de los vehículos establecida en el Régimen General de Vehículos.
Las ZBE tiene como principal objetivo hacer frente a la contaminación atmosférica de las ciudades, que es el mayor riesgo medioambiental para la salud y es responsable de más de 25.000 muertes prematuras en España, siendo el tráfico de vehículos a motor la principal fuente de contaminación en las zonas urbanas. La reducción de las emisiones de GEI para frenar el cambio climático es otro de los objetivos de las ZBE.
La ordenanza elaborada por el Gobierno Municipal de Torrejón consta de cuatro capítulos, catorce artículos y dos anexos. Y está relacionada con el Plan de Movilidad Urbana Sostenible y el Plan de Calidad del Aire de Torrejón de Ardoz. Según se indica en la introducción, la Ordenanza de ZBE pretende alcanzar los objetivos de disminución de contaminantes y emisiones de GEI y lograr un sistema de movilidad sostenible, inclusivo y saludable.
“Desde la Plataforma Torrejón por el Clima consideramos poco probable lograr esos objetivos con la Ordenanza de ZBE, elaborada por el Gobierno Municipal, y lamentamos que se pierda la oportunidad de aprovechar la demostrada eficacia de las ZBE para frenar la contaminación atmosférica y la emisión de GEI provocada por el tráfico rodado”, añade.
“Los motivos por los que consideramos de poca utilidad esta Ordenanza son múltiples. En primer lugar, porque la misma se ha elaborado sin tener en cuenta la opinión de vecinos y vecinas de Torrejón, es decir, sin un proceso de participación que permita tener en cuenta las opiniones de quienes residen en el municipio y sufren las consecuencias de la contaminación atmosférica. También consideramos que el ámbito de aplicación (la zona comprendida entre las avenidas Virgen de Loreto, Constitución, Fronteras y calle Madrid) es muy reducida, pues solo representa en torno al 1,4% de la superficie total”, señalan en el comunicado.
“Pero lo más preocupante de esta ordenanza son las consideradas restricciones a la circulación dentro de la ZBE, las cuales están relacionadas con las etiquetas de clasificación ambiental de los vehículos elaboradas por la Dirección General de Tráfico (DGT). Etiquetas que desde el movimiento ecologista hemos denunciado como obsoletas e ineficaces por no incluir las emisiones reales de CO₂. Además, según se especifica en el artículo 5 apartado 3.2 de la Ordenanza, las excepciones a las restricciones de circulación por la ZBE son numerosas, un total de 17, por lo que prácticamente todos los vehículos podrán acceder a la ZBE, lo que hace que dicha Ordenanza no tenga utilidad para limitar las emisiones contaminantes relacionadas con el tráfico motorizado y contribuir positivamente a mejorar la salud de la ciudadanía y mitigar las emisiones de GEI que contribuyen al cambio del clima”, añaden.
“Menos coches y más limpios”
Desde la plataforma consideran que la ZBE debe ser “una herramienta eficaz para avanzar en la descarbonización de las ciudades y garantizar un aire limpio a los vecinos y vecinas mediante una reducción importante de número de vehículos que circulan por las ciudades. Menos coches y más limpios debería ser el lema que debería guiar una Ordenanza de ZBE que tuviera como principal preocupación la salud de las personas”.
A su juicio, “la ZBE también debe incluir entre sus objetivos la recuperación del espacio público, creando zonas verdes y espacios arbolados, ampliando las zonas peatonales y las vías para bicicletas. Estos cambios en la fisonomía del municipio nos permitirán, además de reducir las emisiones contaminantes, adaptarnos mejor a los fenómenos extremos, cada vez más frecuentes, como las olas de calor o las inundaciones”.
“También consideramos fundamental diseñar, desde el Ayuntamiento, una estrategia de participación que permita contar con las personas implicadas como la población residente, las personas que trabajan en la zona afectada y el tejido social, ecologista y ciudadano”, sostienen.
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